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“Este es el camino que debo seguir, creer,
confiar, amar profundamente todo”
¿Sentís que tu fe, te salvó?
iento que no llegó el momento de
experimentar otras dimensiones y
Sestoy cumpliendo la providencia de
él (Dios), él es lo que me dice que tengo que hacer
y yo estoy enfocada y tranquila. Dejé mis miedos,
no tengo miedo a nada ni a nadie. Este es el
camino que debo seguir, creer, confiar, amar
profundamente todo. Intentar dejar fluir y
perdonar comenzando por mi. Solo la palabra
Gracias es suficiente.
Teresita lleva años luchando y en
tratamiento contra el cáncer, fuerte, llena de vida
y aprendizajes, su persona es un gran ejemplo de
valor, superación de sí misma y de sus propios
miedos, siempre de la mano del deporte, con la
mente y el corazón llenos de positividad a pesar
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EDICIÒN ESPECIAL Recuento 2022
de los terribles momentos que le tocó vivir a lo
largo de estos años.
Su lucha incansable por la vida es un
ejemplo de valentía y supervivencia de cómo la
mente, el alma, la medicina y el deporte son
capaces de hacerle frente a una dolencia tan
destructiva que trata de arrasar con todo a su
paso: Un tsunami.
“La quimioterapia, fue muy fuerte,
un golpe muy difícil de aceptar”
¿Cómo fue el día que descubriste esta
enfermedad?
Descubrí de manera casual en ese
momento, a través del autoexamen, hoy luego
de sentir y aprender que nada es casual , que
nada sucede por acaso, sino es una
consecuencia de una causa. Es decir siempre
es una causalidad. Descubrí un nódulo chiquito
que parecía nada, más al final era un
carcinoma de mama. Estudios, exámenes,
tristezas, negación, dolor, amargura, enojada
con la vida, cirugías por doquier.
¿Cómo continuó el tratamiento?
Después de un tratamiento hormonal por
dos años volvió el cáncer con metástasis en el
cuello.
Y ahí me tuve que someter a los
tratamientos exclusivos que son específicos
para el cáncer, la quimioterapia,fue muy fuerte,
un golpe muy difícil de aceptar. Al principio es
como que negas, viene esa negación del por
qué a mí, te enojas con todo el mundo, te enojas
inclusive con Dios.
Y después comencé a aceptar que por
alguna razón pasan las cosas empecé a el
tratamiento en manos de DIOS, de mi médicos,
todos héroes de mis batallas, desde mis
trincheras y con la mejor arma del amor de
DIOS, de mi familia y mis amigos me entregué,
empecé a hacer lo que los médicos me dijeron.